Soplo Cardiaco Infantil

Mensajes principales

  • El soplo es un motivo muy frecuente de consulta derivada a cardiología infantil.
  • Lo habitual es que ni el/la niño/a ni sus padres noten nada (asintomáticos).
  • En una inmensa mayoría de los casos, el soplo es un hallazgo benigno, sin repercusión en el/la niño/a
  • La evaluación por un cardiólogo infantil permite descartar problemas del corazón que pueden causar el soplo en el niño/a.

¿Qué es un soplo?

Un soplo es un “ruido” que se escucha al auscultar el pecho de un/a niño/a. Este ruido se origina por un movimiento turbulento de la sangre en el corazón y los vasos sanguíneos.

Cuando existe un defecto cardiaco (un agujero, una válvula que no funciona adecuadamente, un vaso anómalo), suele asociarse una turbulencia, y de ahí que el soplo pueda indicar una enfermedad cardiaca. Sin embargo, como los niños tienen frecuencias cardiacas mayores y la sangre normalmente circula más rápido —aparte de que su menor tamaño facilita percibir estos sonidos—, es frecuente que se puedan detectar soplos sin tener enfermedad del corazón. 

En la mayoría de las ocasiones, es el pediatra quien lo detecta, bien en una revisión rutinaria, bien durante la evaluación por otro motivo (p. Ej. Fiebre). Lo habitual es que ni el/la niño/a ni los padres noten nada extraño en las actividades del niño o en su situación general.

En otros casos, si el soplo se acompaña de síntomas relacionados con el esfuerzo o la actividad, repetición de infecciones respiratorias graves, o fallo o retraso en el crecimiento, puede orientar a que su origen se deba a un problema del corazón.

¿Por qué derivar a un/a niño/a con un soplo a cardiología infantil?

El tener una cardiopatía no es el resultado más habitual tras la consulta, pero la exclusión fiable implica una evaluación completa que sólo realiza  el médico dedicado a las enfermedades cardiacas infantiles.

soplo infantil

¿Qué pruebas se van a hacer?

Se trata de pruebas no invasivas ni molestas para el/la niño/a. Lo principal es obtener imágenes para evaluar que la estructura y el funcionamiento del corazón es el correcto. La ecocardiografía es la técnica que se emplea, y carece de riesgos o contraindicaciones (NO usa radiación). El/la niño/a se tumba en una camilla, acompañado de uno de sus padres, y el médico realiza la prueba explorando con una sonda el pecho para obtener esas imágenes. En niños colaboradores, la exploración puede durar de 5 a 10 minutos.

Además, puede realizarse, para una valoración completa del niño/a, un electrocardiograma (ECG). Se trata de un registro de la actividad eléctrica del corazón. A través de la colocación de unas pegatinas (electrodos) en el pecho y los brazos y piernas, se puede registrar esta actividad eléctrica, a través de unos cables conectados a un equipo. La prueba es igualmente inocua y no produce molestias.

¿El soplo inocente tiene implicaciones en el futuro del niño/a?

Si las pruebas determinan que no hay enfermedad cardiaca, el tener un soplo no tiene ninguna implicación para el niño/a. Esto se refiere sobre todo a defectos congénitos, con los que se nace. Si en la evolución aparecieran síntomas nuevos, puede ser necesaria una nueva evaluación por cardiología.

¿Y si el soplo no es inocente, si se encuentra algún problema en el corazón?

En ese caso, el médico le informará del tipo de alteración encontrada. Muchos defectos son de escasa repercusión, y puede plantearle un seguimiento. En el caso de una enfermedad cardiaca relevante, en la práctica totalidad de los casos puede ofrecérsele un tratamiento que corrija o mejore la situación.